Italia
Roma, 10 jun (EFE).- Italia llega a Alemania con la confianza de ser la actual campeona de Europa, pero con la obligación de defender su corona mientras navega en un mar de dudas y de incertidumbre respecto a su juego, envuelta en varios escándalos y con el pesado recuerdo de no haber jugado los dos últimos mundiales.
Roma, 10 jun (EFE).- Italia llega a Alemania con la confianza de ser la actual campeona de Europa, pero con la obligación de defender su corona mientras navega en un mar de dudas y de incertidumbre respecto a su juego, envuelta en varios escándalos y con el pesado recuerdo de no haber jugado los dos últimos mundiales.
La 'Azzurra' encontró en 2021 un oasis en mitad del desierto. Después de perderse un mundial, el de 2018, consiguió tocar el cielo con la Eurocopa de Wembley, una alegría efímera que duró hasta que volvió al infierno tras quedarse fuera del Mundial de 2022.
Dos fracasos históricos enmarcados en una montaña rusa de emociones para una de las potencias mundiales de este deporte que pretende volver a limpiar con una buena actuación en Europa. Pensar que el objetivo de los italianos es volver a levantar el título es irreal, porque ni el nivel de la plantilla ni las circunstancias son suficientemente favorables como para pensar en algo que, en el hipotético caso de darse, sería una hazaña histórica.
Lesiones, apuestas y casos de racismo
Porque Italia llega mermada ya en defensa por las bajas de Giorgio Scalvini (Atalanta), por una rotura en el ligamento cruzado anterior en un partido en el que su equipo no se jugaba nada, y de Francesco Acerbi (Inter), este último acusado en su momento por haber proferido insultos racistas al brasileño Juan Jesús (Nápoles) y apartado de la selección durante unos días en marzo hasta que se esclareció todo.
La falta de pruebas liberó a un Acerbi que acabó entrando en la convocatoria de Luciano Spalletti, pero al que una pubalgia privó de estar en este torneo continental.
Tampoco estará Domenico Berardi (Sassuolo), fijo en el extremo para el seleccionador italiano, lesionado en el Tendón de Aquiles.
Los líos de racismo y de lesiones no han sido lo único que durante el año ha sido protagonista en Italia, que se ha visto envuelta en casos de apuestas.
La imagen más llamativa fue cuando la policía interrumpió un entrenamiento de la selección en octubre de 2023 para interrogar a Sandro Tonali y Nicolo Zaniolo por supuestas apuestas ilegales. Fue acusado finalmente un Tonali (Newcastle) que está sancionado hasta agosto de este 2024 y que se sumó a Nicolo Fagioli (Juventus), que curiosamente está entre los convocados pese a no haber jugado prácticamente nada durante la campaña, también sancionado.
Spalletti como referente, aunque la fuerza reside en el grupo
Sea como fuere, Italia ha sido mucho más protagonista por lo extradeportivo que por lo estrictamente futbolístico.
La llegada de Spalletti al banquillo, arquitecto del Nápoles campeón en la 2022-23 y artífice de uno de los equipos más temidos en la historia de Italia, pareció dar una bocanada de aire fresco tras la marcha de un Roberto Mancini ya desgastado.
Pero lo cierto es que Italia, pese al cambio de líder, se clasificó por la mínima a esta Eurocopa. Quedó segundo en su grupo, empatado a 14 puntos con Ucrania, contra la que empató 0-0 en la última jornada de clasificación para sellar su billete de la manera más rácana.
Pese a que las sensaciones no son especialmente buenas, Italia sólo ha perdido un partido bajo los mandos de Spalletti. Fue ante Inglaterra, en Wembley, el 17 de octubre de 2023.
Con Gianluigi Donnarumma como fijo bajo los palos, Italia se presenta a la Euro sin estar anclada a un sistema fijo como hacía con Mancini y su defensa de tres. Ahora puede alternar con facilidad a la línea clásica de cuatro al tener jugadores de todos los perfiles en esa línea defensiva. La verdadera fuerza reside en el grupo.
En el centro del campo es quizá donde más libertad y posibilidades tiene Spalletti dado el nivel de los jugadores. Puede alinear a Bryan Cristante (Roma), Nicolo Barella (Inter) y Jorginho (Arsenal), o apostar por más efectivos de área e introducir a Lorenzo Pellegrini (Roma) en el puesto de Cristante.
Arriba, con el nivel de Gianluca Scamacca (Atalanta) y Federico Chiesa (Juventus) queda solo libre una posición que se disputarán Giacomo Raspadori (Nápoles) y Mattia Zaccagni (Lazio), a no ser que Spalletti meta a Pellegrini como enganche y mantenga también a Cristante, otra alternativa viable.
Como segundas espadas asoman con potencia Matteo Darmian en defensa y Davide Frattesi en el centro del campo, dos jugadores fundamentales en el 'Scudetto' del Inter y que perfectamente podrían tener minutos desde inicio. EFE
tfc/id