El fallo de Arconada
Donaueschingen (Alemania), 7 jul (EFE).- Convertida en revelación del torneo, tras acoger un Mundial en el que no estuvo a la altura, España llegó a la final en 1984 ante la gran favorita, la Francia de Michel Platini. En su casa, en el Parque de los Príncipes, plantando cara con todo en contra con la ilusión de lograr su segunda Eurocopa, que se desplomó con un fallo de un portero de leyenda como Luis Miguel Arconada.
Donaueschingen (Alemania), 7 jul (EFE).- Convertida en revelación del torneo, tras acoger un Mundial en el que no estuvo a la altura, España llegó a la final en 1984 ante la gran favorita, la Francia de Michel Platini. En su casa, en el Parque de los Príncipes, plantando cara con todo en contra con la ilusión de lograr su segunda Eurocopa, que se desplomó con un fallo de un portero de leyenda como Luis Miguel Arconada.
El rumbo cambió de golpe en una final en la que España plantaba cara en una acción que nunca debió provocarlo. Platini, la gran estrella del torneo con nueve goles, dos tripletes incluidos, chutó una falta al palo del portero. Apenas sin potencia. Un balón cómodo para ser blocado por Arconada.
Guardameta icónico en la historia del fútbol español. Luciendo una camiseta verde que muchos años después dejó de asociarse a la mala fortuna para ligarla al éxito. El homenaje de Iker Casillas y Andrés Palop en el éxito del 2008 a un maestro de porteros que creó escuela. Con un borrón en su historial cuya trascendencia, cuyo momento, no pudo generar un daño mayor.
Arconada, que en tantas ocasiones había salvado con sus reflejos a la selección española, se lanzó a su izquierda para detener abajo el disparo de falta de Platini. Cuando parecía que el balón lo había detenido, se le escapó, rodó por su cuerpo y acabó colándose dentro de su portería. La Francia repleta de estrellas, con Alain Giresse, Jean Tigana y Luis Fernández, que había sido semifinalista del Mundial dos años atrás, se proclamaba por primera vez campeona de Europa.
Porque ya no reaccionó una España que había perdido antes de la final a Andoni Goikoetxea y Antonio Maceda, goleador salvador en momentos que alimentaron la famosa 'flor' de Miguel Muñoz. El 12-1 a Malta para lograr una clasificación milagrosa en una noche de embrujo sevillana, cuando necesitaba vencer por once tantos de diferencia, dejando fuera a Holanda. El tanto en plancha del central cuando el partido acababa ante Alemania y España se despedía de la Eurocopa tras empatar con una imagen pobre frente a Rumanía y Portugal.
Aquel primer triunfo oficial de la selección española sobre Alemania, hasta entonces 'bestia negra', restó de presión a un equipo con Juan Señor y Francisco al mando, la garra de José Antonio Camacho, el regate del 'Lobo' Carrasco y el remate de Carlos Santillana.
En la tanda de penaltis, tras levantar la semifinal ante Dinamarca con un gol, como no, de Maceda en el último capítulo de fortuna, el lanzamiento de Manu Sarabia daba el pase a la segunda final de su historia a España. Hasta entonces ganadora del único precedente con el gol para la eternidad de Marcelino en la edición de 1964 en el Santiago Bernabéu.
En esta ocasión, tras el mazazo anímico del gol de Platini, ya no hubo espacio para milagros. Bellone en el último minuto del partido desataba la fiesta local y dejaba uno de los momentos más dolorosos para la historia del fútbol español. La única final perdida.
Roberto Morales