La 'Cenicienta' se despide con honores
Colonia (Alemania), 30 jun (EFE).- Georgia, la 'Cenicienta' de la Eurocopa, una de esas historias que emocionan en el fútbol al ser su primera vez en una Eurocopa, se despidió con honores. Se puso por delante en el marcador y colocó a España en una situación delicada. El sueño se esfumó relativamente pronto, como cabía esperar, pero tuvo su momento de gloria.
Colonia (Alemania), 30 jun (EFE).- Georgia, la 'Cenicienta' de la Eurocopa, una de esas historias que emocionan en el fútbol al ser su primera vez en una Eurocopa, se despidió con honores. Se puso por delante en el marcador y colocó a España en una situación delicada. El sueño se esfumó relativamente pronto, como cabía esperar, pero tuvo su momento de gloria.
Solo se podía esperar el milagro. Y por un momento, durante 20 minutos, creyó que era posible. Desde el gol en propia meta de Robin Le Normand hasta el zurdazo de Rodri, la parte del estadio georgiana era una fiesta. Estaban clasificados a cuartos de final en una noche que ni la lluvia podía opacar. Era su noche. Y estaba ganando a España.
¿Cómo lo hizo Goergia? Muy fácil, siguió el plan establecido por el francés Wiily Sagnol, su seleccionador. Un planteamiento que nadie en Georgia escondió. No pilló de sorpresa a nadie. "Me gusta la disciplina defensiva, y ellos lo saben", dijo Sagnol en la rueda de prensa previa al partido. "Tenemos que estar bien atrás y hacer daño a la contra. Estoy seguro de que generaremos peligro", dijo por su parte Giorgi Mamardashvili.
No les pudo salir mejor el plan. Encerrada atrás, con Khvicha Kvartaskhelia y Georges Mikautadze como flechas cada vez que había una mínima posibilidad de correr a la contra, Georgia encontró oro en una jugada rápida por el perfil diestro -el zurdo de España- con un centro lateral de Otar Kakabadze que en Georgia provocó el caos. Estaban ganando a una de las favoritas. El plan era el que tenía que seguir e intentó mantenerse a flote.
Pero eran muchos minutos encerrada y Rodri consiguió desatascar el partido. Quién sabe que hubiera pasado si España se va al descanso por detrás en el marcador. Quizá ese plus, el ver la gesta a tan solo 45 minutos, hubiera bastado para que a España se le hubiera atragantado lo que se presentó como un trámite.
Con el empate a uno, Georgia mantuvo su plan. El empate era también válido. En una prórroga o una tanda de penaltis todo puede pasar. Que se lo digan a Inglaterra. O mejor, a Eslovaquia, que ganaba en el minuto 94 y perdía en el primer minuto de la prórroga.
Pero el segundo gol, el de Fabián, obligó a Georgia a salir de la cueva. No se volvió loco el equipo, mantuvo cierta consistencia, a la altura y más propia de una selección habituada a este tipo de partidos que de una selección cuyo delantero, aunque 'pichichi' del torneo, juega en el Metz, de la segunda francesa.
De hecho, no fue hasta el minuto 75 cuando España sentenció por completo con el gol de Nico Williams. Antes, el combinado georgiano rascó un par de runrún en la grada. Uno con un resbalón de Rodri que solventó fácil Laporte en el borde del área. Y otro con un disparo de 'Kvara' desde el centro del campo que estuvo cerca de sorprender a Unai Simón.
Al final, Georgia se descompuso. Se cayó físicamente y anímicamente. Se vio superada por el torrente de ocasiones de España, liderado por Lamine Yamal y se tuvo que despedir del torneo, arropada por su afición incondicional.
"Nosotros ya hemos ganado la Eurocopa, solo nos queda disfrutar", dijo Mamardashvili. Georgia igual no disfrutó ante España, al menos durante los 90 minutos, pero sí hizo disfrutar a todo un país paralizado, al que volverá como héroes. Porque la despedida, fue con todos los honores.
Tomás Frutos