España, máxima fiabilidad en semifinales hasta el último precedente
Donaueschingen (Alemania), 6 jul (EFE).- La tanda de penaltis que tan cerca sintió España ante el anfitrión en la Eurocopa de Alemania, evitada en el minuto 119 por Mikel Merino, fue la causante de la única eliminación de España en las cinco ocasiones que accedió a las semifinales del torneo, con pleno de éxito hasta que Italia frenó en seco en 2021 a la Roja en su mejor encuentro.
Donaueschingen (Alemania), 6 jul (EFE).- La tanda de penaltis que tan cerca sintió España ante el anfitrión en la Eurocopa de Alemania, evitada en el minuto 119 por Mikel Merino, fue la causante de la única eliminación de España en las cinco ocasiones que accedió a las semifinales del torneo, con pleno de éxito hasta que Italia frenó en seco en 2021 a la Roja en su mejor encuentro.
Los fallos de Dani Olmo y Álvaro Morata en una tanda que arrancó con la parada de Unai Simón a Locatelli, despertaron a España de su sueño en una Eurocopa en la que creció según avanzó el torneo. Con Luis Enrique al mando se ganó el respeto del mundo del fútbol demostrando que su gen competitivo estaba de vuelta tras dos Mundiales y una Eurocopa despidiéndose a las primeras de cambio con sentimiento de profunda decepción.
Los dos jugadores que fallaron los penaltis, habían sido los que fabricaron el gol que daba el empate a diez minutos del final en Wembley, para igualar el marcado a la hora de partido por Chiesa. El gran partido de Olmo como 'falso 9'. La entrada decisiva de Morata desde el banquillo. El disparo a las nubes del primero y la duda en el golpeo del segundo son malos recuerdos desde los que crecieron pero que siguen teniendo en su mente.
"Estuve mucho tiempo con esa imagen en mi cabeza y aún me duele ese penalti", reconoció Morata al regresar al escenario de una Eurocopa tres años después. La oportunidad de revancha para España y para dos de sus referentes que serán titulares. Olmo con plaza garantizada como titular tras marcar y asistir ante Alemania en cuartos, ya sin Pedri por lesión. Morata, el capitán, tras el susto de un malentendido con una amarilla que por momentos le tuvo fuera de la cita por sanción.
Hasta ese 6 de julio de 2021, cada recuerdo de la selección española asociado a las semifinales fue positivo. Siempre las superó y accedió a la final para ser campeona en tres ediciones y caer en la final en otra, ante Francia, su rival en el presente.
En el ciclo de mayor gloria del fútbol español, entre 2008 y 2012, las semifinales solamente tuvieron una cosa en común, el acceso a la final. La exhibición de una selección que se desató tras romper barreras del pasado en cuartos de final, en la tanda de penaltis frente a Italia, para golear con una exhibición al ritmo de Andrés Iniesta a Rusia el 26 de junio de 2008.
La firma en los goles de Xavi Hernández, Dani Güiza y David Silva. El recuerdo, como en el presente de una lesión que alejaba a uno de sus grandes referentes de la final, David Villa, que a los 34 minutos tenía que dejar su sitio a Cesc Fábregas. Situación que se repite ahora con Pedri y Dani Olmo.
Cuatro años después, en una España que ya dominaba Europa y el mundo tras sus conquistas, la Portugal de Cristiano Ronaldo en plenitud era el último examen antes de una final inolvidable. La igualdad marcó cada minuto en el Donbass Arena de Donetsk el 27 de junio de 2012, el día que Cesc asumió cuatro años después un nuevo lanzamiento decisivo en una tanda de penaltis para impulsar otra vez a España a la gloria.
Más atrás en el tiempo quedan las dos primeras ocasiones que la selección alcanzó y superó las semifinales. En 1964, la edición que dejó el primero de los tres títulos a España, un tanto de Amancio Amaro en el minuto 112 dio la clasificación ante Hungría en la prórroga.
Pereda había logrado el primero, igualado por Bene a ocho minutos del final en un estadio Santiago Bernabéu que días después impulsó a sus jugadores a la primera consecución de una Copa de las Naciones de Europa, como era denominado el torneo, con el testarazo para la historia de Marcelino.
Pasaron 20 años hasta que la selección volvió a estar entre las cuatro mejores, en la Eurocopa 1984, cuando superó la semifinal en los penaltis tras empatar a un tanto frente a Dinamarca en Lyon.
Un central, Antonio Maceda, igualaba en el segundo acto el tempranero tanto de Soren Lerby. La igualdad se trasladó a las penas máximas (5-4), decididas por el error del más inesperado, e goleador Preben Elkjaer Larsen. Fue el paso previo a ceder en la final ante Francia con un error de Arconada para la leyenda negra.