El "Ejército del Tartán" ante la pasividad alemana: No Scotland, no party!
Juan José Lahuerta
Juan José Lahuerta
Múnich (Alemania), 14 jun (EFE).- Ante la aparente pasividad de la afición alemana, necesitada de resultados para conectarse a su Eurocopa e incluso confundida por la diversidad de su selección , son los hinchas escoceses quienes se han puesto manos a la obra para colorear Múnich, la ciudad que acoge el partido inaugural y que ha sido invadida por el ‘Ejército del tartán”.
Así es como se conoce a los aficionados de Escocia. El nombre hace referencia a las faldas con estampado de tartán que lucen casi todos sus seguidores y que desde hace dos jornadas han ido poblando casi todas las calles, plazas y cervecerías de la ciudad bávara. Son los claros animadores de una ciudad aparentemente dormida que seguramente despierte cuando eche a rodar el balón en el Allianz Arena y que a horas del comienzo de la Eurocopa ha sido completamente eclipsada por los escoceses.
Han llegado a miles. Muchos seguramente no podrán entrar en el estadio del Bayern Múnich para ver el partido. Pero se divierten por la ciudad. Beben cerveza, mucha, y por ahora se divierten pacíficamente e irradiando simpatía. No Scotland, no party! (sin Escocia, no hay fiesta) es su grito de guerra viral y las terrazas de Marienplatz son su centro de operaciones.
Los miembros de su selección, en boca de su entrenador, Steve Clark, y de su capitán, Andy Robertson, felicitaron a su hinchada en la víspera del partido. Están orgullosos del apoyo que brinda una afición que se pasea por Múnich al sonido de las gaitas y de las fogosas gargantas escocesas que animan un inicio descafeinado para los alemanes.
"Nos dan un gran impulso, van a estar con nosotros cada minuto en cada partido y eso es realmente importante para el equipo. Estoy seguro de que esta noche en Múnich habrá algunos que no veremos. Esperemos que disfruten y se comporten", comentó.
Por contra, en Alemania, reina otro ambiente. Algo enrarecido. Tal vez, sus aficionados, al no tener que desplazarse en masa a otro país, velan armas desde la tranquilidad de sus casas y hoteles. Pero la realidad es que tanto los miembros del cuerpo técnico, con Julian Nagelsmann a la cabeza, y sus jugadores, con Ilkay Gündogan como portavoz, han tenido que lanzar mensajes a sus aficionados para que se activen a partir de este viernes.
"Tenemos que llevar todo al campo y creer en nosotros mismos. Es agradable cuando todo el mundo en el estadio nos empuja. Espero que todos juntos disfrutemos de un gran torneo mañana y en todas las semanas. Quiero que estemos unidos como país y mañana todos tenemos que hacer mucho ruido. Tenemos que aprovechar que somos los anfitriones”, dijo Naggelsmann en la víspera.
Una parte de ese discurso que apela a la "unión como país", tiene mucho significado. Primero, Gündogan, capitán del equipo con ascendencia otomana (sus padres nacieron en Turquía), ha sido criticado por esa cuestión. Sustituyó a Manuel Neuer en el cargo mientras estaba lesionado de gravedad y se quedó con la capitanía tras el regreso del portero germano. Eso, no ha gustado a un sector de la sociedad alemana, que prefiere a un capitán "más alemán" para su selección.
Además, los resultados de las últimas elecciones europeas en Alemania, con la escalada hasta la segunda posición del partido de ultraderecha Alternativa para Alemania (AfD), tampoco invita al optimismo en temas de diversidad e integración. Por eso, Gündogan, el mismo día del partido, a horas de comenzar la Eurocopa, ha lanzado un mensaje de unión desde sus redes:
"Me siento aún más orgulloso de llevar a Alemania al campo como el primer capitán con antecedentes migratorios en un torneo importante. Puedo liderar un equipo que es especial porque está formado por tantas culturas y países diferentes. Estos son exactamente los factores que nos harán fuertes como selección alemana en 2024: la diversidad y la influencia de diferentes culturas. Lo que pudimos aprender y sentir en el pasado es que el fútbol tiene el poder de unir a la gente. Vivimos en tiempos en los que cada vez se construyen más frentes. La gente ya no se escucha. Hay una división en nuestra sociedad", escribió.
Y esa es la realidad entre las aficiones de los dos equipos que van a dar el pistoletazo de salida a la Eurocopa. Unos se divierten y hacen ruido y los otros están desaparecidos. El diario local Süddeutsche Zeitung, de los más importantes de baviera, refleja ese desanimo con un titular que resume a la perfección la apatía que parecen vivir los hinchas alemanes en Múnich: "No Scotland, no party".