Neuer y Rüdiger, los cimientos invisibles de Alemania
Leipzig (Alemania), 30 jun (EFE).- Manuel Neuer y Antonio Rüdiger, invitados sin foco a las exhibiciones ofensivas de sus compañeros durante toda la Eurocopa, alzaron la mano frente a Dinamarca para pedir a gritos un protagonismo más que merecido tras una noche tormentosa que salió adelante para Alemania gracias a dos jugadores que hacen su trabajo en silencio. Sin ellos, la presencia en cuartos de final de su equipo, sería más que dudosa.
Leipzig (Alemania), 30 jun (EFE).- Manuel Neuer y Antonio Rüdiger, invitados sin foco a las exhibiciones ofensivas de sus compañeros durante toda la Eurocopa, alzaron la mano frente a Dinamarca para pedir a gritos un protagonismo más que merecido tras una noche tormentosa que salió adelante para Alemania gracias a dos jugadores que hacen su trabajo en silencio. Sin ellos, la presencia en cuartos de final de su equipo, sería más que dudosa.
Hasta este sábado, pocos apuntaron al portero del Bayern Múnich y al central del Real Madrid para erigirles como los salvavidas de Alemania. Durante la fase de grupos, fueron otros los que se llevaron los aplausos. Por supuesto, Toni Kroos, alabado constantemente por su eficacia porcentual en los pases; también Jamal Musiala y Floriant Wirtz, eléctricos en su debut ante Escocia e insistentes después; o Ilkay Gündogan, el desatascador en el segundo partido que Alemania ganó 2-0 a Hungría; y por qué no, Niklas Füllkrug, el delantero que sale desde el banquillo y no falla, como ante Suiza.
¿Pero qué ocurre con los jugadores que sostienen atrás a Alemania? La realidad es que hasta la aparición de Dinamarca, sólo Suiza planteó algún tipo de problema al equipo de Julian Nagelsmann. Tanto Neuer como Rüdiger, con actuaciones eficientes, no fueron muy exigidos. Sin embargo, el combinado de Kasper Hjulmand obligó a ambos a multiplicarse para frenar a un equipo que rozó la hazaña y que acabó con un billete de vuelta a casa por culpa de la tecnología y, sobre todo, de Rüdiger y de Neuer.
Durante los primeros veinte minutos, Alemania presentó una puesta en escena excepcional. A la altura del rodillo que pasó en su estreno ante Escocia. En ese tiempo, arrasó a Dinamarca y generó multitud de ocasiones de gol que no tuvieron premio. Nico Schlotterbeck, Joshua Kimmich y Kai Havertz acariciaron el gol, pero el VAR o Kasper Schmeichel evitaron una celebración merecida del equipo de Julian Nagelsmann.
Entonces, de repente, e incluso antes de la tormenta eléctrica que obligó a parar el partido media hora, Alemania se diluyó como un azucarillo. Dinamarca comenzó a funcionar y se acabó el ruido de los Musiala y compañía. Pero la solidez de las anteriores citas de Rüdiger y Neuer salió a flote y Alemania sobrevivió a los empujones del conjunto escandinavo pese al sufrimiento que han soportado ambos en algún momento de la Eurocopa.
Neuer, cuestionado antes de la Eurocopa
Sobre todo Neuer, muy criticado antes del inicio del torneo. Su irregular temporada tras recuperarse de una grave lesión en una rodilla y un error flagrante en un amistoso previo a la Eurocopa frente a Grecia, avivó el debate sobre su titularidad. Sobre todo, cuando su habitual suplente, Marc-André ter Stegen, posee una solvencia más que contrastada. De hecho, Nagelsmann, tuvo que alzar la voz para cerrar el debate: "No quiero discutir quién será el portero. Manuel Neuer es y será nuestro titular. No dejaré que surja ninguna polémica, aunque todos intenten iniciar una", dijo antes del inicio del torneo.
Hasta ahora, Neuer no había tenido mucho trabajo. Pero Dinamarca obligó al guardameta del Bayern a demostrar que, a sus 38 años, todavía sirve para la causa. Al filo del descanso, con 0-0, se sacó de la chistera una parada a Rasmus Hojlund en un mano a mano que podría haber sido definitivo para su equipo. Y después, en la segunda parte, con 1-0 a favor de Alemania, volvió a desesperar a Hojlund con otra intervención salvadora en la que interpuso su cuerpo ante un lanzamiento del ariete del United.
Fueron apenas unos segundos, pero suficientes para silenciar para siempre a los críticos. Nagelsmann tenía razón. Igual que con Rüdiger, de quien algunos decían que su participación en el choque era arriesgada por una lesión muscular que arrastraba del partido con Suiza. Sin Jonathan Tah, sancionado, el concurso de Rüdiger era clave para su entrenador, que apostó por el jugador del Real Madrid pese a que andaba algo renqueante.
Rüdiger, tocado en un muslo y gigante ante Dinamarca
Y, como con Neuer, Rüdiger respondió. Fue un muro para los jugadores daneses, que siempre se encontraban una pierna, una bota o cualquier parte del cuerpo del defensa germano justo cuando parecía que iba a pasar algo. Y Rüdiger, consciente del valor de sus acciones, se felicitaba a sí mismo con visibles gestos que enardecían a su público. En una de sus apariciones, hasta pareció haber marcado un gol. "Por eso lo celebré, fue importante para el equipo, porque luego marcamos dos goles", dijo feliz tras el choque.
Sin ninguna objeción, Rüdiger fue elegido el mejor del partido. Su 'show' culminó con 13 recuperaciones, un 100 por cien de duelos aéreos ganados, 4 disparos bloqueados en el área y, además, no vio cartulina amarilla. Estaba apercibido, pero podrá jugar contra España en cuartos de final si el equipo de Luis de la Fuente supera a Georgia.
Al final, tanto Neuer como Rüdiger, los menos esperados, aparecieron en una fiesta que parecía destinada a otros nombres más acostumbrados a celebraciones. En esta ocasión, ni Kroos, Gündogan, Musiala, Havertz y compañía se llevaron el protagonismo. Éste recayó sobre las figuras de Neuer y Kroos, los cimientos invisibles de Alemania.