Spalletti e Italia tienen mucho trabajo por hacer
Colonia, 30 jun (EFE).- Italia volvió a los infiernos del fracaso futbolístico tras la inexcusable derrota ante Suiza (2-0). La todavía vigente campeona terminó la defensa del título despojada de cualquier autoridad, lejos del mínimo exigible que se presupone a esta selección. Y con la sensación de que no hay solución viable en el corto plazo. Todo pasa por una reforma profunda del 'calcio'. Luciano Spalletti e Italia tienen mucho trabajo por hacer.
Colonia, 30 jun (EFE).- Italia volvió a los infiernos del fracaso futbolístico tras la inexcusable derrota ante Suiza (2-0). La todavía vigente campeona terminó la defensa del título despojada de cualquier autoridad, lejos del mínimo exigible que se presupone a esta selección. Y con la sensación de que no hay solución viable en el corto plazo. Todo pasa por una reforma profunda del 'calcio'. Luciano Spalletti e Italia tienen mucho trabajo por hacer.
La prensa italiana machacó a la 'Azzurra' tras sucumbir ante Suiza en el Olímpico de Berlín. Más por la forma que por el fondo. Porque si bien era sabido que esta Italia no optaba al título, que no figuraba en la terna de candidatas claras, el empuje anímico que dio el gol en el último suspiro de Mattia Zaccagni ante Croacia en fase de grupos y caer en el lado amable del cuadro dieron cierto impulso esperanzador que acabó roto en añicos. Otra vez.
Italia, 15 años envuelta en la vorágine
Desde que Italia ganara el Mundial en 2006, precisamente en Alemania, casi todo han sido fracasos. Solo se salva la Eurocopa 2008, la Eurocopa 2012 y la Eurocopa 2021. Porque llegaron 2 Mundiales seguidos, el de 2010 y el de 2014, cayendo en fase de grupos; y otros 2 consecutivos, el de 2018 y el de 2022, a los que ni siquiera se clasificaron. En 2008 Italia cayó en penaltis contra España en cuartos de final; en 2012 alcanzó la final en la que cayó por 4-0, otra vez ante España; y en 2021 levantó el título en Wembley.
Un título que es un oasis en el desierto. Porque Italia lleva navegando sin rumbo todos estos 15 años, salvando los muebles, cuando ha podido hacerlo, por circunstancias más de otra época que por la evolución propia de su fútbol. Donnarumma fue el MVP de la Eurocopa 2021 y estaba siendo el mejor portero, junto al georgiano Giorgi Mamardashvili, en la presente edición. Eso lo dice todo.
Italia tiene un problema de base en su fútbol. Los jóvenes talentos tienen muchas dificultades para llegar a la máxima categoría del 'calcio' y, eso, a la larga, tiene unas consecuencias en la selección. Es un equipo sin una estrella definida, algo que no es malo si la fuerza del grupo es consistente. Pero ante Suiza quedó claro que Italia no era tampoco un grupo fuerte. Estuvo 90 minutos a merced de los suizos, totalmente superiores y merecedores de la victoria.
No jugaron ni Dimarco por el perfil zurdo, ni Calafiori en el centro de la zaga. Pero reducir los problemas de Italia a estas dos ausencias es simplificar sobremanera el percal por el que navega un equipo incapaz de hacer apenas daño a Suiza, con un solo disparo entre los 3 palos y teniendo su ocasión más clara por un error en defensa rival que casi acaba en autogol suizo.
Spalletti, muy criticado
Entre los más señalados está Luciano Spalletti. El seleccionador, que llegó hace menos de un año al cargo tras la dimisión de Roberto Mancini a las puertas de la Eurocopa -que supuso otra nueva piedra en el camino para la reconstrucción de Italia-, varió de esquema en hasta 3 partidos, suscitando la crítica por dar la sensación de no estar dando con la tecla para hacer funcionar a sus jugadores.
Pero el técnico, que hace apenas un año era el Dios de Italia al haber llevado al Nápoles a la conquista del 'Scudetto' con un fútbol total, está convencido de sus capacidades. Y la FEderación Italiana le quiere para construir a largo plazo. Este revés es solo el comienzo de la 'Era Spallettiana'.
"Existe la posibilidad de construir algo, pero lleva tiempo. Todos mis antecesores han tenido mas partidos que yo", dijo en la rueda posterior al choque, en la que también asumió la culpa.
"Yo escogí estos jugadores, la responsabilidad es mía. La culpa no es de ellos", añadió.
La reforma necesaria del fútbol italiano
La solución a esta debacle continuada en el tiempo, solo salvada por una especie de casualidad en 2021 -sin desmerecer a esa Italia campeona de Bonucci y Chiellini-, está en la reforma del fútbol italiano.
Para los jóvenes canteranos de los equipos grandes italianos es muy complicado dar el salto a la Serie A. Se busca más el talento extranjero que el desarrollo propio desde hace años y Giacomo Raspadori, jugador del Nápoles, es una de las excepciones. Hace unos días explicó en rueda de prensa el problema de Italia.
"Hay un problema. En Italia a los 24 años un jugador es considerado joven, pero fuera de Italia a esa edad tienen 150 o 200 partidos de titular. Yo no me considero joven jugando en Italia, en el Sassuolo tuve suerte con De Zerbi que me dio la posibilidad de equivocarme en mi carrera mientras jugaba. Pero lo mío es una fortuna, porque no esta descontado en Italia este tipo de casos, es algo que me han traído hasta aquí, hasta la selección", explicó.
Y es algo palpable a nivel de resultados. Porque Italia es campeona de Europa también en categoría sub17 y sub19 y es subcampeona del mundo sub20. El talento está ahí, ¿cuál es el problema entonces?: en la gestión de ese talento por los clubes.
En Italia existe una categoría llamada Primavera en la que los filiales de cada equipo compiten entre sí. Es decir, no es como en España, en el que el Real Madrid Castilla, el Barcelona B o el Villarreal B compiten en Primera RFEF o categorías similares del fútbol semiprofesional contra otros equipos que no están formados por canteranos.
A los 19 años termina esa categoría Primavera y para muchos futbolistas llega el vacío. Se ven obligados a salir de cesión en cesión para tener minutos y ganar la competitividad que les falta para estar al máximo nivel, pero se pierden por el camino la mayoría. Atalanta y Juventus un equipo en Serie C sub23 para evitar precismente esto y les está funcionando de maravilla.
La próxima temporada, el Milan hará lo mismo. El problema está identificado, falta erradicarlo.
Italia tiene que empezar un proceso de reconstrucción serio para volver a acercarse a lo que algún día fue y que ahora son solo recuerdos nostálgicos. Todo pasa por la reforma del fútbol base. Y por Spalletti, claro, que aunque haya salido criticado sigue siendo la referencia para liderar el cambio. Italia se despidió de la Euro sin honores, con la enésima decepción en lo que va de década, pero con el mínimo consuelo de saber por dónde pasa la solución. Aunque también los sabía en las otras ocasiones.
Tomás Frutos